sábado, 25 de septiembre de 2010

Los toros odian a los políticos, yo los desprecio

Amigo toro: 
Yo quisiera escribirle esta tonta carta. Ya sé que usted no puede leer, quizá, al menos la lengua escrita, pero sé que puede leer a pesar de todo con el corazón, como hacen todos los animales. 
Es decepcionante que haya humanos, más propiamente humanos de la calaña política, que consideren apropiado desterrar las corridas de toros por considerarlas inapropiadas del género humano civilizado al que creen pertenecer, pero que se permiten defender sus derivados: las fiestas taurinas, corre-nose-qué, o como se llame, porque en ellas el animal, o sea tú, no muere (al menos no es el objetivo que te mueras aunque a veces sea el resultado) y en las corridas de toros sí. Según su criterio limitarse a colgar bolas de fuego de tus cuernos y quemarte los ojos con ellos, o medio ahorcarte con cuerdas, o apalearte por las calles, o provocarte dolorosas fracturas -pero eso sí, sin matarte- es digno de proteger, y propio de una sociedad civilizada.  De nuevo porque tú no mueres. Por supuesto. Claro. No sé en que estaba yo pensando. Mis amados políticos defienden su derecho a mantener tradiciones ancestrales del lugar, porque las tradiciones ancestrales foráneas como las corridas de toros resultaban demasiado bárbaras y denigrantes para ti, así pues alégrate, ellos se contentan con atormentarte y torturarte un poco, nada más. ¿Por qué no se lo agradeces con un mugido?
Estos señores políticos tan finos y honorables, tan luchadores por los valores civilizados con los que se les llena la boca, con todas esas creencias humanitarias, blablabla, tan sinceros, tan éticos, tan tradicionalistas... a ellos me gustaría lanzarles un estoque y pedirles por favor, que la próxima vez tengan la altura de ser sinceros. Si lo único que les interesaba era proteger su puñetero derecho a decidir cuáles son las fiestas tradicionales de la tierra y cuáles no, por muy controvertidas que puedan ser, que lo digan con todas las letras del abecedario. Sean ustedes lo bastante dignos, tengan la mínima vergüenza y nivel moral de no llenarse la puta boca con el manido discurso de la defensa de los derechos de los animales, cuando resulta evidente que les importan una mierda y solo estaban jugando a sus estúpidos juegos de "ismos". Preguntémosle si no al señor toro si le parece que sus derechos como animal están siendo respetados o no al ser paseado por las calles y atormentado por humanos.
Vosotros políticos dais asco. Si se trata de los toros, hablad de los toros, si se trata de los "ismos", hablad de los "ismos", tened huevos y no enmascareis vuestras estúpidas motivaciones con banderas de derechos, humanismos y éticas que os quedan demasiado grandes.
Ay dios, qué bajo hemos caído.
Que se defienda el derecho o no a las fiestas es otro asunto. En mi humilde opinión las tradiciones cambian conforme cambia el hombre. Antiguamente también era "tradición" aceptada matar y torturar por ley, ya fuera crucificando personas, condenando vagabundos a galeras o quemando brujas vivas en una hoguera y a la vista de todos. En el Antiguo Testamento -ese libro tan majo- también se dice que los ciegos y tullidos no podrán estar en la Asamblea de Dios -sea eso lo que sea- y que el marido hace bien en golpear a sus hijos y mujer asiduamente para enseñarles disciplina. Hoy todo esto nos parecen aberraciones pero antes eran realidades cotidianas y aceptadas. Evolucionamos. Creamos, firmamos y ratificamos una Declaración de los Derechos Humanos que nos protege de esta clase de actos bárbaros. De igual manera existen hoy día unos Derechos de los Animales reconocidos por esos mierdecillas de políticos que se erigen como nuestros representantes. La ley dice que los animales no pueden ser torturados. Se pongan como se pongan los que defienden este tipo de "tradiciones" festivas, deben aceptar que van contra la ley y que si quieren ser consecuentes con la sociedad en la que viven y los valores civilizados que supuestamente abanderan, esas fiestas deben desaparecer.
¿Quién es el hombre para maltratar una vida animal únicamente por pura diversión festiva? ¿por puro espectáculo? ¿es esa tal vez una demostración de nuestra "superioridad" en la escala evolutiva o una muestra de nuestra miseria y vanidad? ¿es nuestro derecho supremo hacer lo que queramos con el resto del planeta para vanagloriarnos de de nuestro dominio?
Señor toro yo le digo que si me dieran a elegir entre un falso político de traje y corbata, de sonrisa y corazón vacío, y usted, yo elijo su mirada fiera, su salvaje integridad y su resistencia a sucumbir a una masa informe de humanos que se sienten mejores creyendo domar una fuerza tan pura como la que representas. Yo prefiero admirar lo que es bello en su esencia de ser, libre y natural, sin domarlo, sin acribillarlo, sin pretender derrotarlo, ni controlarlo, ni someterlo a una turba de dementes. Y el hombre que vea algún sentido en eso, algún valor digno de conservar en pleno siglo XXI, es un gilipollas que nada sabe de la vida y vive encerrado entre las cuatro paredes de su pequeño, miserable, presuntuoso y estrecho cerebro humano. ¡HE DICHO!   

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo. Una tradición tiene una escencia y una forma. La escencia es el sginificado de la misma y la forma es como la interpretamos nosotros. Que cambie la forma no significa que la tradición no sea menos valida (excepto que estemos hablando de hacer mesclas estrañas ....) , el significado será siendo el mismo.

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  2. Yo siempre he estado en contra de cualquier tipo de maltrato animal, de la forma en la que venga. Una corrida de toros es maltrato, y enchufarle dos bolas de fuego en los cuernos, también. Sólo hay que poner "toro" en google para ver imágenes truculentas de nuestras fiestas. Posiblemente en los tiempos de los romanos no se preocupaban del sufrimiento del toro, y hace doscientos años tampoco, pero en nuestro tiempo, la evolución histórica y social o lo que sea, ha querido que despierte una conciencia nueva hacia los animales. Lo que me cabrea del asunto es que se enarbole la bandera de esa nueva concienciación por los animales para prohibir las corridas de toros, y al día siguiente se proteja por ley una fiesta en la que se le maltrata sin llegar a matarlo. Para mí no tiene sentido,es una evidencia de que esa conciencia no existe, y si no existe, no tienen derecho a usarla.

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