jueves, 30 de diciembre de 2010

Dulce y Calórica Navidad

Navidad. Las viejas tradiciones han muerto, ya sólo queda consolarnos con las lucecitas de colores de los escaparates y con grandes dosis de chocolate, turrones, y cenas grandilocuentes de esas que dejan comida para los tres días siguientes. Ello ofrece nuevas motivaciones con las que entretenernos el mes de Enero -aparte de los consabidos "proyectos-para-el-nuevo-año-en-que-prometo-dejar-atrás-todas-mis-malas-costumbres-y-convertirme-en-una-persona-de-provecho"-: ponernos a dieta y perder los kilos acumulados, mientras los operarios de los ayuntamientos retiran la decoración lumínica navideña y los escaparates dejan de estar invadidos por los colores rojo, verde y dorado. 
¡Hasta el próximo año!
Luchando contra el irresistible poder del vacío navideño he creado mis propias tradiciones espirituales. En estos tiempos confusos en que los pesebres y las mulas están pasadas de moda, mi espíritu navideño resucita de la gris niebla con el visionado de otro niño inocente que cargará con un gran destino, Frodo Bolsón. Desde hace dos años todas las navidades me trago la Trilogía del Señor de los Anillos para refrescar y alimentar a mi pobre espíritu con arquetipos ideales de bondad, humildad, honor, compañerismo y heroicidad, y así comenzar el nuevo año con una visión clara de lo que quiero, aspiro y deseo experimentar en mi vida.
Claro que vivo en un lugar en el que el canal CNN+ ha cerrado sus puertas por no lograr beneficios y ha sido sustituido por el "Gran Hermano 24 horas", lo que me hace plantearme si estos esfuerzos navideños valen la pena.   





jueves, 9 de diciembre de 2010

Rebeldes

-Carrera de ratas, ese es un nombre perfecto para esto -dijo-. Siempre estamos en marcha, yendo y viniendo sin preguntar nunca adónde. ¿Has oído alguna vez eso de tener más de lo que quieres? ¿De manera que no puedas desear nada y entonces empiezas a buscar algo distinto que desear? A mí me da la impresión de que siempre estamos en busca de algo que nos satisfaga, y no lo encontramos jamás. Quizá si dejáramos a un lado nuestra frialdad, entonces sí podríamos.
(Sherry Valance -niña rica- a Ponyboy -niño pobre-).
Releyendo "Rebeldes" de Susan E. Hilton (1967). En comparación con "El Club de la Lucha" o "Trainspotting" suena encantadoramente ingenuo, como si  estuviera escrito por una joven adolescente soñadora y romántica. Ah, espera... es que fue escrito por una joven adolescente (17 años) soñadora y romántica.
Les gustaban los Beatles y pensaban que Elvis Presley estaba fuera de onda, y nosotros creíamos que los Beatles eran de lo más fétido y que Elvis era guay, pero esa parecía ser, en mi opinión, la única diferencia.
*risita maternal* delincuentes tipo West Side contra East Side que leían "Lo que el viento se llevó" mientras se escondían de la policía. Hoy en cambio tenemos el retrato de delincuentes tipo "The Wire", "Soprano", etc, un pelín más salvajes, un pelín menos románticos, un pelín más sórdidos. C'est la vie!