miércoles, 23 de diciembre de 2009

Hilando

Siglos sin escribir porque todo lo que tengo en el coco es mierda podrida. Estoy deseando que se acabe el 2009, seriamente.

Esperanzas idióticas en que el 2010 va a ser la hostia. Porque la Esperanza es lo último que se pierde.

Hace poco soñé con las Hilanderas.

Eran tres jóvenes con vestidos blancos y gaseosos, casi desnudas. Bailaban una extraña coreografía con manos y piernas, pisando madejas de hilo y enrollándoselas en las manos y en las piernas y yo las miraba fijamente, tumbada en el suelo, enfurruñada. ¿Y por qué estaba enfurruñada? pensaba que aquello era una fiesta (porque era una especie de fiuestuki de barrio) denigrante para la mujer, el único objetivo era que los tíos vieran alguna teta, o algún muslo a través de sus finísimos vestidos. Y al mismo tiempo no podía dejar de mirarlas cómo pisaban y se enrollaban los hilos sobre sus cuerpos, como si me hipnotizara o yo estuviera buscándole algún significado.

Según Robert Graves:

Existen tres Parcas asociadas, vestidas de blanco, engendradas cuando Érebo fecundó a la Noche, conocidas con los nombres de Cloto, Láquesis y Átropo. Esta última es la más menuda de tamaño, pero a la vez la más terrible (...). En realidad, los hombres piensan que hasta cierto punto pueden controlar su destino evitando peligros innecesarios (...). Por el contrario, otros sostienen que el propio Zeus está sujeto a las Parcas, como confesó una vez la sacerdotisa de Pitia en un oráculo, simplemente porque ellas no han sido engendradas por él, sino que son hijas partogénicas de la Gran Diosa Necesidad, contra la cual no luchan ni siquiera los dioses, y que es llamada "el implacable Destino".

Las Moiras o Tres Parcas representan la Triple Diosa Luna -de ahí su indumentaria blanca y la hebra de lino que se le consagra en su forma de Isis-. Cloto es la hilandera, Láquesis la medidora y Átropo la que no puede ser evadida o rechazada. Moira significa "parte" o "fase", y la luna tiene tres fases y tres aspectos: la luna nueva, diosa doncella de la primavera, que representa el primer periodo del año; la luna llena, diosa Ninfa del verano, que representa el segundo periodo; y la luna vieja, la anciana del otoño, que encarna el último periodo anual.


No me aclara nada, pero me fascina haber tenido un sueño de esos que Jung llamaría mitológico.

jueves, 8 de octubre de 2009

La cruda realidad

Me preguntaba si alguna vez habrá políticos españoles que valgan la pena. No pido gran cosa por ahora, me conformo con que sepa hablar con autoridad, rigor y dominio, (pedirle que me entusiasme ya es pedir DEMASIADO, y mira que soy facilona en términos de entusiasmo...). Que cumpla sus expectativas lo dejaré para una exigencia posterior.

Ver "el Ala Oeste de la Casa Blanca" no ayuda nada, más bien perjudica por agravio comparativo. Es evidente que esos políticos no existen, ni esa conciencia de servicio a la comunidad de la que se hace gala en la serie. La triste verdad es que tendemos a asociar la política hoy día más como un ejemplo de la corrupción del poder, que como el liderazgo al servicio a los ciudadanos.

Tampoco ayuda leer a P.H.Thompson, un historiador tan sumamente humanista que te hace reflexionar y dejar de mirar la historia como una cosa abstracta, centrando la atención donde siempre debió estar: en las personas que la vivieron.

Y sobre todo, leer a Walt Whitman, un poeta que canta a la vida sin pegas, sin gilipolleces y sin medias tintas. En general, a todo y a todos, porque la totalidad es digna de ser cantada.

Al final del día cierras los libros, apagas el DVD y te preguntas ¿dónde coño está esa gente hoy día y por qué coño yo no tengo el honor de conocerlas? JODER.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Vacaciones

En las vacaciones me ha dado por leer, estoy leyendo tantos libros a la vez que me cabreo conmigo misma por no tener 4 cabezas más que multiplicaran mi capacidad lectora. Pero soy humana (aunque algunos piensen lo contrario), y tengo mis límites.

Y la lluvia ha invadido los cielos. De pronto el Verano se largó con viento fresco y el Otoño se coló en el escenario con grandes fanfarrias y tormentas repentinas. Sabía que mis vacaciones estarían llenas de nubarrones y descargas eléctricas; era una especie de intuición desde hace meses. Lo veía venir. En realidad no me importa, el Otoño siempe ha sido mi estación preferida del año, aunque no suelo publicitarlo a menudo por temor a que me apedreen. Es que el Otoño no tiene muchos fans, las luces se apagan, la fuerza decae... ¿a quien le gusta echarse a un lado y prepararse para hibernar? pero tiene algo de especial, de paradójico, el principio del fin, que no es sino una manera de empezar de nuevo. Un giro más en la rueda, el formateo del disco duro.

Y cuando viene preñado de nubes y lluvias, se dispara mi amor otoñal.

Siempre me han maravillado los fenómenos meteorológicos. Reconozco que de pequeña lloraba con los truenos, lo cual tiene su lógica, los truenos no suenan a nada que tenga que ver con amabilidad y cariño. Con cinco años no tenía ni pajolera idea de lo que era un trueno, pero tenía claro que, fuera lo que fuera, sonaba a alguien o algo realmente cabreado en alguna parte del cielo (¡y todavía no sabía nada de mitología! ni falta que hacía, claro) Lluvia, rayos, truenos, vientos, nubes... creo que siempre tuve un alma neolítica y siempre la tendré, aaameeeeén.

La ciudad embota un poco la mente.

martes, 8 de septiembre de 2009

Estelas y zanahoria

Ni cremas, ni aceites, ni rollos macabeos. Para tomar el sol lo mejor es una zanahoria (sobretodo si se acompaña con un libro interesante). Los viejos trucos de la abuela siempre funcionan.

Me encanta el libro de Natalie Goldberg, "el Gozo de escribir". Siempre me digo a mí misma que voy a hacerle caso en todo lo que dice, aunque por lo visto mi vagancia natural es más fuerte que mis buenas intenciones y mis promesas de compromiso con la escritura.

A lo mejor es porque solo lo leo muy de vez en cuando, pero siempre me deja la sensación de haber rescatado la vieja llave del baúl secreto. Es un asco ser tan vaga y tan inconstante. Es una mierda no poder tomarme la escritura como algo parecido a un trabajo en vez de mantenerlo en el cajón desastre de "maneras de perder el tiempo". Siempre vuelvo a perder la llave, y lo peor, ni siquiera me doy cuenta.

Disciplina. Ese es el gran secreto. Me lo he dicho a mí misma mientras masticaba zanahoria y me dejaba tostar por el sol. El cielo era más azul y la luz más intensa. La ropa se sacudía con el viento y parecía hablar. Abajo en la calle un trabajador del ayuntamiento recortaba la maleza con una de esas máquinas que suenan a sierra eléctrica. Y yo he dejado el libro a un lado, contenta como las otras tantas veces a lo largo de mi vida que he creído haber descubierto la gran verdad, disfrutando del momento.

Se me puede acusar de ser una optimista incurable. O de tener memoria pez (por olvidar convenientemente las otras veces pasadas en que fracasé). O que gracias a lo segundo se me permite lo primero. Qué más da, lo importante es participar. Y ver cómo las nubes se deshacen y vuelven a formarse, y dejan estelas en el cielo y crean corrientes vaporosas, ha sido, cuanto menos, una imagen bastante metafórica de mi cerebro.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Dando tumbos

Vivimos en una rueda, en la vieja rueda de madera de un carromato lleno de colonos, zarpando a la conquista del Oeste.

La rueda se suelta del carro y cae cuesta abajo por el camino polvoriento, brincando, chocando, dando tumbos, asustando a los pájaros. Al fondo se oye la risa de un borracho tirado en la hierba, que mira de lejos. Da otro trago a la botella de whisky. Y sigue riéndose, cada vez más fuerte.

domingo, 30 de agosto de 2009

60 millones

Ayer en Informe Semanal vi un reportaje sobre el aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial. En el éxtasis del terror más inimaginable, vi cómo los japoneses abrían fosas en la tierra y enterraban amontonadas y aplastadas a personas vivas. A grúas limpiando el suelo de centenares de cadáveres en los campos de concentración nazi, como si fueran simples escombros. La bomba atómica estallando en los cielos; las ciudades (con sus ciudadanos) ardiendo bajo las bombas.

A veces se me olvida lo espantosamente salvajes que podemos ser. Sinceramente, no me cabe en el coco que tal nivel de barbarie sea únicamente el resultado de cuatro o cinco líderes idos de la olla. ¿Unos locos que condujeron a la locura? ¿Cómo se dejaron convencer los demás de que ese comportamiento estaba bien y era aceptable? Supongo que habrá estudios acerca del instinto destructor del ser humano. Seguramente llegarán a conclusiones preocupantes sobre lo fácil que es despertarlo y dejar que campe a sus anchas acallando las conciencias. Yo paso de buscar, probablemente leerlos me pondría enferma.

¿Qué nos pasó hace 50 años? ¿se volverá a repetir? cuando veo en la tele los reportajes sobre las torturas a sospechosos de terrorismo, los ataques selectivos que al final siempre pagan los civiles, o cómo los grandes pisotean la ya de por sí enclenque autoridad de la ONU (creada precisamente tras la barbarie de la segunda guerra mundial) me digo que todo es posible.

Cuando el fin justifica los medios, cuando es aceptable que paguen justos por pecadores, volvemos abrir un pasillo al terror que debilita a las conciencias. Sabemos como empieza, pero no cómo puede acabar. Y que los dioses nos pillen confesados.

No es simple moralina, ver esas imágenes enciende las alarmas de cualquiera. ¿De verdad lo hemos superado y jamás volveremos a caer en una crueldad tan espantosa, sistemática y tolerada por todos? murieron 60 millones de personas en todo el mundo. 60 millones...

(http://www.rtve.es/archivo/70aniversario-segunda-guerra-mundial/)

sábado, 29 de agosto de 2009

La Buena Alquimista

Hola. No tengo mucho de qué hablar pero sí ganas de hacerlo. He ahí otro (de tantos) de mis grandes defectos... mente abstracta. Si un chino me evaluara con sus milenarios conocimientos esotéricos arrugaría la nariz y chillaría "¡falta tiela, falta tiela! mucha agua! ¡tú desequilibrada!" ¿Me curaré si me voy a vivir al campo, rodeada de tierra y Naturaleza salvaje? ¿o cuando esté allí me aburriré y echaré de menos las salas de cine, las escaleras mecánicas y la calle atiborrada de gente y conversaciones ajenas? qué chasco sería darse cuenta de que una es tan mundana y corriente. Sé que lo soy, no os creais. No me las voy a dar de nada. Y tampoco creo que sea malo, siempre que haya algo de misterio o profundidad. Pero a ratos también soy otra cosa, muchas veces para mi desgracia.

Supongo que, como siempre han sabido los chinos, somos una extraña mezcla energética surgida de la combinación de diferentes elementos. Agua, tierra, fuego, aire... El que el mejunje se convierta en un elixir o en un veneno depende de que una sepa echar los ingredientes adecuados en el momento justo. Equilibrio perfecto en el caldero. Y remover, y qué no explote.

Tendré que apuntarme a clases de Pociones con Snape, a ver si mejoro, ¡ja!

viernes, 28 de agosto de 2009

Canta tú, oh Musa....

Pues aquí estoy. No preguntes ni por qué, ni dónde, ni cómo, ni cuándo. Sólo estoy. No tengo pretensiones de nada, ni siquiera de perdurabilidad; tengo la fea manía de empezar muchas cosas y no acabar ninguna. Pero, por ahora, aquí estamos yo y mis deseos de evasión (que son muchos, y crecen y se multiplican como conejos).

El resto se lo dejo a los dioses olímpicos, o a cualquier otra divinidad/espíritu que quiera participar (no soy nada snobs celestialmente hablando). Empujad mi barca dónde os apetezca mientras yo tiro los remos y me dejo llevar...