miércoles, 5 de octubre de 2011

Moraleja a una lista adosada

-Cuando era pequeña estaba enganchada a los dinosaurios y fantaseaba con tener un cuello-largo de mascota (la peli "El Valle Encantado" tuvo mucho que ver)
-Para jugar mis padres nos compraban plastilina, arcilla, collages, acuarelas y pinturas. Sin saberlo, me lanzaron al lado oscuro.
-Me encantaban los libros de primaria. En particular, me fllipaban las ilustraciones sobre el Otoño, y mi dibujo "fetiche" era un árbol deshojado, acompañado de una niña con bufanda y paraguas.
-De mayor quería ser arqueóloga (es decir, Indiana Jones); también veterinaria, antropóloga y pintora.
-Empecé a jugar a Monkey Island con 9 años y de ese juego aprendí lo que era la ironía: "me das tanto miedo como el tope de una puerta", "cuando sólo hay un candidato, sólo hay una elección" o "tú eres cola, yo pegamento". Le debo tanto a Ron Gilbert...
-Me eduqué en un colegio religioso concertado, lo que generó conflictos mentales de todo tipo. Papá, mamá: ¿qué fue primero, los dinosaurios, los monos, o Adán y Eva?
-Mi madre alquilaba una serie de dibujos en el videoclub cuyos protagonistas eran los dioses del Olimpo. Con unos 4 o 5 años conocí a Apolo, Zeus y Atenea. Apolo tenía un carro de caballos con el que paseaba el sol por todo el cielo, y la diosa Iris estaba enamorada de él y lo perseguía sin descanso.
-Con 8 años mi hermana, mi vecina y yo fundamos el "club de los goonies" una cosa muy chorra para escribir teatrillos, cuentos y bazofias por el estilo. Escribimos una Constitución. Uno de los artículos decía: "hay que tener un cancán (vale el del vestido de la Comunión)". Hicimos una reforma exprés -al estilo Zapatero- cuando mi primo ingresó en el club, ya que él no tenía cancán.
-Cuando llegaba Navidad y tocaba hacer Cristmas, yo siempre dibujaba al niño Jesús en el pesebre como una bolita negra. Esta costumbre era todo un enigma para la familia (que yo alimenté encogiéndome de hombros cuando me preguntaban por qué no le dibujaba cara). El origen fue un cristmas en el que, tras ochenta intentos de pintarle cara al niño Jesús sin éxito, de puro cabreo le hice una bola negra por cabeza. Lo enseñé junto con el de mis hermanas. La curiosidad que despertó entre el público hizo el resto, me moló y lo convertí en mi sello de identidad (buahahaha qué morbosa era yo entonces).
-Veía la Bola de Cristal, como todo el mundo. Cuando tocaban videoclips aparecía en pantalla: "VIDEOS MUSICALES". Como no le ponían tilde a la i de vídeos (porque estaba en mayúscula) pensaba que habían cometido un error ortográfico, que en verdad querían decir "FIDEOS MUSICALES" ya que según mi lúcida mente la palabra "videos" no existía y la que más se le parecía era "fideos". Ya de pequeña se me iba la olla pero mucho mucho.
-Claro que al cerebro lo llamaba "celebro", a las lágrimas "grámilas", y nunca superé el trabalenguas "un tigre, dos tigres, tres trigues"

¿Qué más puedo decir? que queda patente una cosa: la infancia marca para el resto de la vida, ergo, cuida lo que ven, oyen y aprenden tus hijos, o cualquiera sabe en qué clase de adulto desembocarán (yo soy un claro ejemplo del riesgo que corren tus hijos). Conoce a sus profesores, defiéndelos, respétalos, el colegio es el microuniverso de la infancia, nuestro primer encuentro con la sociedad y nuestra primera oportunidad para aprender sus normas, ritmos y valores, y TODOS deberíamos tener derecho a una educación digna, respetuosa y de calidad sin importar el dinero que nuestros padres tengan en la cuenta corriente. Su abundancia o su escasez no debería dictar quién eres y cuáles van a ser tus oportunidades en esta vida.

Si este pensamiento es una ingenuidad, más ingenuo fue el cerebro que inventó el lema "Legalidad, Igualdad, Fraternidad" y mira lo lejos que llegó; porque aunque en determinados momentos su lema palidezca y hay incluso algunos supuestos "servidores públicos" que lo olvidan, sigue contaminando y motivando con éxito los cerebros de varias generaciones futuras.

Y que siga así, por los siglos de los siglos, Amén.