Después de una sesión de pintura como la de hoy quisiera arrancarme los ojos, clavarles palillos de dientes y colocarlos en el último piso de mi futura gigantesca e imaginaria tarta de cumpleaños para zampármelos sin masticar.
O tal vez en una copa de martini, en sustitución de las aceitunas.
Por supuesto yo sabía que no sabía pintar antes de meterme en estos berenjenales, pero soy una ilusa incurable, nunca pierdo la esperanza de despertarme un día y descubrir que soy una genia picasiana... (la paciencia es una virtud hasta que se convierte en lacra y autoengaño y pérdida de tiempo).
Y hablando de decepciones, ¿qué ha sido de ti, Manolo? Me pierdes con tanto barroqui-qui-quisssmo, tantos rizos y tanta jodida poesía del Renacimiento... Fintas en las fintas de las fintas. Me alegro por tu éxito y tal y cual, pero ¿dónde leches quedaron las canciones afiladas como cuchillos, las sopas de letras instantáneas, el aire a loco urbano de alma mitológica, el burlarse de uno mismo? lo echo de menos. Ya sé, que ya no tienes veinte años, que ya no eres el mismo que fuiste, pero jo, esa toga de sabiduría con la que te has revestido no me gusta nada... te hace parecer viejo, agotado y débil. Al final va a ser que la culpa de tu encanto la tenía Quimi Portet...
A las pruebas me remito:
Manolo García 2011 "Creyentes bajo torres de alta tensión"
He vuelto sin ti al rincón olvidado
de una infinita campiña sin senderos
ni cercados.
He vuelto a esa nada poblada de calles
vacías de gente.
Como en un sueño, de todo ausente;
alejado y creyente de estampas,
creyente.
Creyente en ejido anegado de alelíes,
de pájaros bobos, de poetas rotos
sobre las arterias
de asfalto que contigo arreciaron.
Hacia los confines vírgenes remotos
de cielos prometidos, falsos,
que son llanto quedo de garzas en
vuelo.
Creyente sobre torre de marfil.
Creyente, creyente.
He vuelto sin ti al Edén soñado,
de una infinita campiña sin senderos
ni cercados.
He vuelto a esa nada vacía de calles
pobladas de gente.
Como en un sueño, de todo ausente.
Alejado y creyente de Ilíadas,
creyente.
Creyente en un campo anegado de
pecados,
creyente en un pozo de petróleo en
alta mar,
de pájaros bobos, de muñecas rotas
bajo luminarias,
de calles que contigo amanecí,
hacia los confines de galaxias
solitarias
porque al averno arrastran.
Creyente bajo torres de alta tensión.
Creyente en vuelo libre sin motivo ni
motor.
El Último de la fila 1986 "Mi patria en mis zapatos"
Jamás he podido respetar esas extrañas leyes.
Jamás lo podré disimular,
luna vuela y hazme a mi volar.
Estás tan lejos de mí que a veces pienso que nunca te encontré.
Un mundo extraño, dormido, a punto siempre de estallar.
Digo que volveré, primero debo aprender a caminar.
Sin ti sobreviviré, muy lejos tu nombre me acompañará.
Mi patria en mis zapatos, mis manos son mi ejército;
nace luna fría, nace y hazme olvidar.
Mírame, soy provisional;
tú también y nadie te comprenderá.
Quédate un minuto más;
luna azul descansa y hazme descansar.
Correré y gritaré si realmente queda algo que gritar
Lucharé y conquistaré si en verdad queda algo por conquistar.
Hablar donde las palabras mueren; mis ojos llegan más allá;
soñar, trabajo de dioses; luna vuela y hazme a mí volar.
Extrañas leyes en un mundo extraño.
Como a una niña de verdad te encontré llorando
Tomorrow will be other day!