domingo, 30 de agosto de 2009

60 millones

Ayer en Informe Semanal vi un reportaje sobre el aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial. En el éxtasis del terror más inimaginable, vi cómo los japoneses abrían fosas en la tierra y enterraban amontonadas y aplastadas a personas vivas. A grúas limpiando el suelo de centenares de cadáveres en los campos de concentración nazi, como si fueran simples escombros. La bomba atómica estallando en los cielos; las ciudades (con sus ciudadanos) ardiendo bajo las bombas.

A veces se me olvida lo espantosamente salvajes que podemos ser. Sinceramente, no me cabe en el coco que tal nivel de barbarie sea únicamente el resultado de cuatro o cinco líderes idos de la olla. ¿Unos locos que condujeron a la locura? ¿Cómo se dejaron convencer los demás de que ese comportamiento estaba bien y era aceptable? Supongo que habrá estudios acerca del instinto destructor del ser humano. Seguramente llegarán a conclusiones preocupantes sobre lo fácil que es despertarlo y dejar que campe a sus anchas acallando las conciencias. Yo paso de buscar, probablemente leerlos me pondría enferma.

¿Qué nos pasó hace 50 años? ¿se volverá a repetir? cuando veo en la tele los reportajes sobre las torturas a sospechosos de terrorismo, los ataques selectivos que al final siempre pagan los civiles, o cómo los grandes pisotean la ya de por sí enclenque autoridad de la ONU (creada precisamente tras la barbarie de la segunda guerra mundial) me digo que todo es posible.

Cuando el fin justifica los medios, cuando es aceptable que paguen justos por pecadores, volvemos abrir un pasillo al terror que debilita a las conciencias. Sabemos como empieza, pero no cómo puede acabar. Y que los dioses nos pillen confesados.

No es simple moralina, ver esas imágenes enciende las alarmas de cualquiera. ¿De verdad lo hemos superado y jamás volveremos a caer en una crueldad tan espantosa, sistemática y tolerada por todos? murieron 60 millones de personas en todo el mundo. 60 millones...

(http://www.rtve.es/archivo/70aniversario-segunda-guerra-mundial/)

sábado, 29 de agosto de 2009

La Buena Alquimista

Hola. No tengo mucho de qué hablar pero sí ganas de hacerlo. He ahí otro (de tantos) de mis grandes defectos... mente abstracta. Si un chino me evaluara con sus milenarios conocimientos esotéricos arrugaría la nariz y chillaría "¡falta tiela, falta tiela! mucha agua! ¡tú desequilibrada!" ¿Me curaré si me voy a vivir al campo, rodeada de tierra y Naturaleza salvaje? ¿o cuando esté allí me aburriré y echaré de menos las salas de cine, las escaleras mecánicas y la calle atiborrada de gente y conversaciones ajenas? qué chasco sería darse cuenta de que una es tan mundana y corriente. Sé que lo soy, no os creais. No me las voy a dar de nada. Y tampoco creo que sea malo, siempre que haya algo de misterio o profundidad. Pero a ratos también soy otra cosa, muchas veces para mi desgracia.

Supongo que, como siempre han sabido los chinos, somos una extraña mezcla energética surgida de la combinación de diferentes elementos. Agua, tierra, fuego, aire... El que el mejunje se convierta en un elixir o en un veneno depende de que una sepa echar los ingredientes adecuados en el momento justo. Equilibrio perfecto en el caldero. Y remover, y qué no explote.

Tendré que apuntarme a clases de Pociones con Snape, a ver si mejoro, ¡ja!

viernes, 28 de agosto de 2009

Canta tú, oh Musa....

Pues aquí estoy. No preguntes ni por qué, ni dónde, ni cómo, ni cuándo. Sólo estoy. No tengo pretensiones de nada, ni siquiera de perdurabilidad; tengo la fea manía de empezar muchas cosas y no acabar ninguna. Pero, por ahora, aquí estamos yo y mis deseos de evasión (que son muchos, y crecen y se multiplican como conejos).

El resto se lo dejo a los dioses olímpicos, o a cualquier otra divinidad/espíritu que quiera participar (no soy nada snobs celestialmente hablando). Empujad mi barca dónde os apetezca mientras yo tiro los remos y me dejo llevar...